El osado negro Juan Valiente de Enrique Gomáriz

Clara Caballero

Por Clara Caballero /

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El pasado nueve de junio se presentó en la Secretaría General para Iberoamérica (SEGIB) de Madrid, el libro del escritor Enrique Gomáriz Moraga, “El osado negro Juan Valiente”, obra que reviste especial importancia al dar a conocer la vida de una un esclavo negro que tuvo una trayectoria relevante en la historia y que habría permanecido en el anonimato si Gomáriz no se hubiera inspirado y dedicado a la investigación, compilando y reconstruyendo datos históricos, para sacarlos a la luz.

El autor logra meterse en la piel de un hombre negro de aquella época, y en la lectura se es atrapado por el clímax creado que nos conduce con rapidez a la trama. Desde el comienzo nos encontramos en una historia llena de aventuras, verdades, comercio humano, complejidad de sentimientos y emociones que hacen converger a los lectores en la misma dimensión.

Enmarcado en el Siglo XVI, el libro está bien estructurado en su conjunto. Escrito al estilo de los cronistas clásicos de la historiografía del entorno del negro Juan Valiente, utilizando éstas obras como fuente de investigación, contrastando, verificando hipótesis y andanzas, viajando para identificar antiguos lugares y así reconstruir la vida de un esclavo negro que salió de Senegal y estuvo a la sombra de conquistadores españoles, y narrando con un lenguaje evolucionado una trama emocionante, que nos mantiene en vilo y que es verosímil.

La obra está dividida en cinco libros que transcurren entre 1500 y 1545. Comenzando en la etapa del tráfico de esclavos por los portugueses, el joven Sangor es capturado a la edad de 14 años y llevado a Cabo Verde, donde permanece hasta que es transportado para su venta a la Antigua Veracruz, allí es rebautizado con el nombre de Juan Valiente, y negocia su libertad mediante acta notarial lanzándose en su periplo como negro liberto al lado Pedro de Alvarado, convirtiéndose en Capataz y viajando por el Mar del Sur; posteriormente en el trayecto de Perú a Chile como Oficial negro al lado del Mariscal Almagro, Juan Valiente sobrevive a muchas guerras y entre los años 1540 y 1554 , convertido en Capitán al lado de Pedro de Valdivia, prospera, forma una familia y echa su suerte.

El Personaje está muy bien logrado desde las primeras emociones de tristeza como esclavo capturado con la desventura y pérdida de esperanza de volver a su aldea natal. Juan Valiente fue un hombre, que obligado a romper con su pasado y Enrique Gomáriz, lo define como un hombre que acepta vivir olvidando su pasado, pero que no puede vivir sin esperanza de futuro. Un Juan Valiente que desde el comienzo de su infortunio deseó conocer y superarse para mejorar su situación, algo que se pone de manifiesto continuamente en la novela.

Dotándole del don de la observación el autor fortalece espiritualmente a su personaje, que al ser minoría étnica en un mundo de blancos tiene que calcular cada acción para sobrevivir y que a lo largo de sus 45 años de vida tuvo muy pocas personas en las que confiar por lo que desarrolla una vida solitaria, observadora, reflexiva, y esa soledad el autor la llena dotándole de un mundo interior.

El autor le añade otro rasgo personal que es la seguridad en si mismo, el compromiso individual de cuidar de si, de trabajar, conocer, exponerse a experiencias nuevas, evolucionar y prosperar para alcanzar su objetivo vital, dejar de ser esclavo.

Define también a Juan Valiente como un negro con conciencia de raza y de sus limitaciones socio raciales, moviéndose en medio de dos grupos étnicos mayoritarios, diferentes y enfrentados, los indígenas y los blancos entre los que no quería verse prensado.

El autor le dota de amor propio, del gusto por su constitución física, describiendo a un hombre realista que en momentos de alegría cuando todos se abrazan para celebrar un triunfo, el, como negro, no tiene a quien abrazar, y es sensible ante la más mínima muestra de afecto.

Las localizaciones, descripciones y caracterizaciones geográficas son excelentes, la reconstrucción de los ambientes urbanos arquitectónicos y de los emplazamientos en los que se desarrolla la trama, así como el de las ciudades encontradas y Villas fundadas en el transcurso de los viajes son muy buenas, también los periplos norte sur, o sur norte o del este al oriente de la cordillera, en diversas estaciones del año, la ambientación de los escenarios de guerras, las indumentarias de españoles e indígenas, el vestuario general de los personajes están muy bien logrados-

A propósito de la Exposición del V centenario de la muerte del Bosco que está ahora abierta al público en el Museo del Prado, Enrique contaba que el “Jardín de las Delicias” no le decía nada, ni “Los siete pecados capitales” ni “La extracción de la Piedra de la locura”, no! Y en un momento identificó el cuadro que le gustaba, y era un hombre de ropas desgarradas en las rodillas, con mirada triste y profunda.

Fue como un destello que permitió hacer una radiografía del autor, un profesional que sabe identificar los juegos psicológicos del entorno, tanto como la ingenuidad, la maldad, la traición y la soledad. Se ve al personaje del Bosco que en el camino de la vida, como Juan Valiente, han sido testigos de la prepotencia, la falta de humildad, víctimas de las pasiones efímeras de la vida, de la crueldad, de la ambición, la gloria y las ansias de poder.

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